“Borg vs. McEnroe” – la película que demostró que el cine está listo para el tenis
¿Cómo, con trucos simples y una actuación no particularmente fuerte, puedes llamar la atención?
Hacer una película deportiva basada en un hecho real es un fenómeno curioso y, por cierto, muy difícil. Sin embargo, el director danés Janus Metz logró hacer frente a esta tarea extremadamente difícil, contando sobre la rivalidad entre dos excelentes tenistas, John McEnroe y Björn Borg, en su película "Borg vs. McEnroe". Para aquellos familiarizados con la historia de Wimbledon de los años 80, la película será un intento de unir los hechos reales con su conocimiento y complementar los elementos del juego con momentos que sucedieron fuera de escena. Para otros espectadores, será una experiencia real de un momento real en la historia del deporte.
Si no sabes quién gana este torneo de Grand Slam, mejor no lo compruebes porque te arriesgas a saber ya el final de la película. Pero lo que hay que saber es que Borg era cuatro veces campeón de Wimbledon en ese momento, y con sólo 24 años ya se había asegurado su lugar entre los mejores del tenis. Es un jugador muy tranquilo, un típico representante de la península escandinava, cuyo juego táctico desde la línea de fondo y el revés a dos manos difícilmente impresionaría a los aficionados. Del otro lado está el estadounidense más temperamental, gruñón y agresivo, que se mueve muy rápido en la cancha y le gusta jugar al saque-net. Con sólo 21 años, se encuentra entre los tenistas jóvenes, pero destaca no sólo por sus jugadas, sino también por su comportamiento no particularmente decente.
En el papel de McEnroe en la película está Shia LaBeouf, que intenta por todos los medios estropear el trabajo de Metz. El actor parece obligado a interpretar los arrebatos del tenista estadounidense dentro y fuera de la cancha y parece más inseguro que agresivo, lo que John realmente es. A veces, incluso exagera este comportamiento, lo que lo hace cómico para las personas que conocen la historia y para el propio McEnroe. Aunque es inmaduro e impulsivo, a la prensa le gusta cubrir sus arrebatos, y LaBeouf consigue que el centro dramático de la película recaiga en Borg.
Ésta también es la diferencia con los hechos reales, pero no parece restar potencia a la película para aquellos que no han visto la pelea entre ellos. Interpretado por Sverir Gudnason (así como por su hijo Leo y Markus Mossberg en momentos que muestran su vida más joven), Borg se muestra como un hombre cuya aparente serenidad tiene un costo extremadamente alto.
Al darse cuenta de las posibilidades de actuación, Janus Metz y el guionista Ronnie Sandal se centraron en el melancólico sueco y, como por simpatía, le prestaron más atención. La película nos muestra la infancia de ambos, pero definitivamente se dedica más tiempo al sueco. Se le retrata como un chico de clase trabajadora que intenta irrumpir en el elegante mundo del tenis sueco, pero es expulsado de su club porque lo consideran de mala calidad, además del comportamiento agresivo de que su futuro oponente es mejor. conocido por .
McEnroe lo admite y comparte que Borg es un volcán inactivo que puede entrar en erupción en cualquier momento. Sin embargo, el sueco tiene la increíble capacidad de reprimir las emociones y presentarse en la cancha como una auténtica máquina. Esto ya está muy bien presentado y representado y el comportamiento de Borg se debe a la increíble relación con su entrenador Lennart Bergelin, interpretado por Stellan Karsgaard de la fama de Good Will Hunting. Bergelin es el hombre gracias al cual Borg es uno de los grandes descubrimientos del tenis, que logró alcanzar importantes éxitos hasta el verano de 1980 en cuestión.
Sin embargo, la película también revela perfectamente la tensa relación entre el tenista sueco y su prometida Mariana Simionescu, interpretada por Tuva Novotny. También se revelan una serie de eventos que suceden fuera de la cancha, como los peinados "vintage", los trajes deportivos y las visitas a las discotecas están hechas con mucha clase.
Sin embargo, también llega el momento del final en sí, hasta el comienzo del cual los espectadores no dejan de preguntarse quién explotará primero y quién le gastará una broma. El partido se recrea tan emocionante como realmente es, y el clímax realmente se puede sentir en la pantalla grande.
Una cosa es cierta. Esta película demuestra que el cine está dispuesto a crear creaciones para el tenis. Por supuesto esto también se debe a los avances en edición digital y creación de imágenes que permiten a los actores insertarse en la acción sin mayores problemas.
No verás nada particularmente espectacular en Borg vs. McEnroe, y no recibirás nada de gran importancia histórica, pero podrás aprovechar al máximo la batalla entre los dos grandes del tenis. Es una película modesta y discreta que nos muestra la rivalidad al pie de la cima de sus carreras.