Dominación británica: temporada 1962 en la Fórmula 1
En 1961, la F1 se vio sacudida por una de las peores tragedias de la historia del deporte. El aspirante al título, Wolfgang von Trips, de Ferrari, falleció en la pista local de los "caballos negros", Monza. Al final, el título fue para su compañero Phil Hill, quien se convirtió en el primer campeón mundial estadounidense. Así pues, en 1962 había dos interrogantes. ¿Cómo se librará Ferrari de la tragedia y cómo se comportará todo el deporte? La respuesta: ¡dominación británica!
El primer comienzo del año en los Países Bajos revela lo que sucederá al final del mismo. Graham Hill con Owen Racing ganó la carrera, con Trevor Taylor con Lotus segundo. Doble victoria para Gran Bretaña, a pesar de que Hill y Taylor conducen para equipos diferentes de la isla.
Poco a poco, la excepción se convierte en tendencia. En las 9 carreras de la temporada, sólo hay tres ganadores diferentes. Tanto como pilotos como como equipos. Graham Hill y Owen Racing ganan 4 largadas. Su compatriota Jim Clark y Lotus se llevan el tercer puesto, y el australiano Bruce McLaren gana en Montecarlo para Cooper. Al final del campeonato de constructores, las 4 primeras plazas son para los equipos británicos. Hasta 6 de los 8 equipos con puntos también son de Albion. ¿Pero qué pasa con los pilotos?
Tras la victoria en la primera ronda, Graham Hill entra en una grave crisis. Subió al podio sólo en una de las siguientes 4 carreras. Jim Clark toma 2 de ellos. A esto le sigue una racha sorprendente para Graham. Gana en Alemania e Italia y segundo puesto en Estados Unidos. El título ya está decidido antes de que el paddock parta hacia la República de Sudáfrica para la última salida. Hill ganó el primero de sus dos títulos y pareció dar una señal clara al mundo de que era el mejor piloto británico de la década de 1960 (aunque Jim Clark también se llevó 2 títulos).
Los resultados de Ferrari son buenos hasta las 3 primeras salidas, pero los "rojos" hacen otra víctima en la pista. El mexicano Ricardo Rodríguez se sube al auto por última vez durante el Gran Premio de México, que no forma parte del campeonato. De esta manera, la seguridad en el deporte vuelve a quedar bajo un grave interrogante, y el futuro tiene la tarea de solucionarlo.