Los cinco grandes de Emile Griffith: La tragedia de Benny con Benny Parrett
Los trágicos acontecimientos de su tercera pelea con Benny Parrett que hicieron que el boxeador de Islas Vírgenes bajara el ritmo
Cuando hablamos de boxeadores con un golpe poderoso, pero no el más pesado, inmediatamente nos viene a la mente el nombre de Emile Alphonse Griffith. Nacido en St. Thomas, Islas Vírgenes Estadounidenses, el competidor ha tenido una carrera increíble que incluye 112 partidos memorables. En esas ganó 85 veces, 23 de ellas por nocaut, perdió 24 peleas, pero 10 de ellas fueron en sus últimas 20 peleas, donde solo quería agregar un dólar más a su cuenta bancaria. Griffith estuvo entre los mejores en peso mediano ligero, peso welter y peso mediano en las décadas de 1960 y 1970. En una serie de cinco materiales, recordaremos los cinco encuentros más emocionantes con su participación.
Empezamos, por supuesto, por lo mejor, por el choque que hizo tremendamente popular a Griffith, aunque terminó trágicamente. Para ello tenemos que remontarnos al 24 de marzo de 1962 en el Madison Square Garden, Nueva York. Allí, Emile Griffith se enfrenta a Benny "The Kid" Parrett por tercera vez. La historia de la rivalidad entre ellos se remonta al 1 de abril del año anterior, cuando Emil ganó su primer título mundial de peso welter en apenas su tercer año en el ring profesional. Seis meses después, sin embargo, Paret recuperó el cinturón tras una decisión no unánime.
El cubano Benny Paret es famoso por su arrogancia, su experiencia un poco más seria y un kilo más que Griffith. Kidd pesa 66 kilogramos, tiene 49 peleas en el ring profesional, de las cuales ganó 35, perdió 11 y 3 terminaron sin ganador, mientras que el aspirante al título tiene solo 31 peleas, de las cuales ganó 28 y perdió solo. 3. Los especialistas y los medios opinan que Emil Griffith volverá a conseguir el premio y esta vez con mayor facilidad.
Un curioso incidente tiene lugar la mañana de la pelea, cuando la balanza está encendida. Paret luego insulta a su oponente en español, llamándolo la palabra ofensiva en ese idioma para homosexual. El cubano se permite incluso agarrar las nalgas de su oponente, lo que enfurece aún más a Griffith, que se niega a tomar la foto habitual de los dos juntos y levantando la guardia porque, según el fotógrafo que debía tomarla, el estadounidense Se declara que golpearía a su oponente.
Sin embargo, los golpes están pensados para lo que sucede en el ring. Y las palabras de Parrett al aspirante al título mundial son, efectivamente, una acusación grave, porque en aquella época ser homosexual se consideraba casi un delito cuando se trataba de deportistas. Y la razón por la que las dijo está relacionada con el otro trabajo de Griffith, hacer sombreros en una fábrica que sólo contrata trabajadoras. Más adelante en su vida, Griffith compartió que era bisexual.
El enfrentamiento entre ellos no se desarrolla de manera tan interesante como los acontecimientos anteriores. Pero esto es así sólo hasta el sexto round, cuando sólo el gong salva a Emil, quien es seriamente presionado por el cubano. Paret logró realizar una combinación extremadamente poderosa, con la que sacudió seriamente a su oponente. Este es también el punto de inflexión, cuando su entrenadora Jill Clancy le ordena a Griffith que golpee hasta que Parrett se abrace o el árbitro lo detenga.
De nuevo en la duodécima parte los acontecimientos parecen muy tranquilos y así lo dice el comentarista de "ABC". Segundos después, sin embargo, Griffith tiene a su oponente en la esquina y le propina muchos golpes fuertes en la cabeza. Aunque conmocionado, Kidd logra levantar la guardia y contraatacar. De repente, sin embargo, se tambalea y cae sobre las cuerdas mientras su cabeza y parte de su cuerpo quedan al otro lado del ring. Griffith lo agarra por el hombro para enderezarlo y le da algunos golpes más en la cabeza. La árbitro Ruby Goldstein no detiene el combate, aunque observa que no hay ninguna reacción particular por parte del boxeador cubano. Después del combate, dijo que más de una vez en su carrera había visto a otros boxeadores hacerlo para evitar golpes más limpios de sus oponentes. Varias veces Paret levantó la cabeza, esquivó golpes, bloqueó otros, pero al final, un análisis tras el final del partido mostró que el campeón del mundo recibió 29 golpes en la cabeza sin responder a ninguno de ellos.
Después de todos estos golpes, Parret da un paso adelante, agarra a Griffith por el costado y lo somete, dándole a Emile la victoria por nocaut técnico. Sin embargo, en el momento en que el árbitro levanta la mano del ganador, Paret se desploma en el suelo y nunca se levanta. Lo sacan del ring en camilla, pero los médicos no pueden salvarlo. Ha habido fuertes críticas al manager cubano Manuel Alfaro por no tirar la toalla blanca para detener el partido, pero afirma que le gritó a Goldstein en su deseo de que el árbitro detuviera el partido.
Tras conocer el grave estado del ahora ex campeón mundial, Griffith acudió al hospital, donde tras horas de intentos de los médicos para devolverle la conciencia a Paret, permaneció en coma. La gente en la calle inmediatamente empezó a insultar al nuevo campeón del mundo porque, según ellos, había llevado a su oponente a un estado desesperado, pero hasta el día de hoy sigue habiendo disputas sobre quién fue el culpable de lo sucedido. Y es que luego de 10 días Paret perdió la vida en el Hospital Roosevelt de Manhattan.
En la autobiografía de Emil Griffith, el boxeador dijo que después de esta pelea nunca más usó toda su fuerza en golpes contra sus oponentes en el ring, y en los primeros encuentros después del choque con Kid Paret, incluso sintió miedo al alcanzar el cabeza de un oponente.