Incluso sin anillo, puedes ser uno de los más grandes de la historia.

Incluso sin anillo, puedes ser uno de los más grandes de la historia.

Charles Barkley no necesitaba elogios de la NBA

Es muy fácil recordar a los jugadores que ganaron muchos trofeos o establecieron al menos un récord en su carrera. Pero ¿qué pasa con aquellos que han logrado varios logros importantes pero no han ganado ni un solo trofeo ni batido un solo récord?

También encuentran su lugar en la historia. Y el baloncesto, y la NBA en particular, no es una excepción. En las siguientes líneas recordaremos a Charles Barkley, el carismático delantero que nunca ganó un anillo, pero que siempre será uno de los más grandes.

Charles Wade Barkley nació en Leeds, Alabama, en 1963 y a los 21 años se convirtió en la quinta elección del draft de los Philadelphia Seventy-Sixers. El resto, como dice el cliché, es historia. Barkley inmediatamente se convirtió en un deleite de los fanáticos. Además de su capacidad goleadora, impresiona con sus paraguas, sus atléticos mates y sus brillantes jugadas. Y todo ello con una altura de poco menos de dos metros y un ligero sobrepeso.

A Barkley también le gusta comer y beber más de lo razonable. Al menos al principio de su carrera. Sin embargo, ya en su primer año en la NBA sus indicadores fueron notables: una media de 14 puntos y 8,6 rebotes por partido. En su tercer año en la Asociación, ya tiene estatus de estrella, pero no puede ayudar a los Filis a llegar a los playoffs. La falta de oportunidad de ponerse un anillo, le hizo pasar a otro equipo tras finalizar la temporada 91/92.

Sin embargo, antes de formar parte de los Phoenix Suns, Barkley pasó un verano loco en Barcelona, donde él y el equipo nacional de Estados Unidos, que incluía a Michael Jordan, Larry Bird y Magic Johnson, demostraron el mejor baloncesto que el mundo jamás haya visto. Charles logró luchar por el puesto titular con Karl Malone y se convirtió en el máximo goleador del torneo.

La carrera en Phoenix también comenzó con fuerza: 62 victorias en la temporada regular. Barkley lógicamente gana el premio MVP con sus 25,6 puntos, 12,2 rebotes y 5,1 asistencias de media por partido. En la final, sin embargo, los Chicago Bulls de Michael Jordan resultaron insuperables. A pesar de su dominio durante las siguientes dos campañas, los Suns no lograron llegar a los playoffs.

Barkley pasó sus últimos 4 años en los Houston Rockets, pero tampoco logró hacer realidad su sueño allí. Pero una cosa es segura: Charles pasará a la historia como uno de los cuatro jugadores con más de 20.000 puntos, 10.000 rebotes y 4.000 asistencias, ganador de 2 medallas de oro olímpicas y participante en 11 Juegos de Estrellas, pero no un campeón de la NBA.

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