SUGAR RAY LEONARD'S BIG 5: ROBERTO DURAN 2

SUGAR RAY LEONARD'S BIG 5: ROBERTO DURAN 2

En 1980, Sugar Ray Leonard dominaba el boxeo. Y no se trata sólo de sus victorias en el ring profesional. Como aficionado, el estadounidense disputó la notable cifra de 170 partidos. En ellos registró 75 nocauts y perdió sólo 5 veces. Sus logros son muchos, pero podemos distinguir fácilmente la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Verano de Montreal en 1976.

En 1980, en el boxeo profesional, Leonard dominaba aún más seriamente. En sus primeros 27 partidos está invicto. Sugar Ray noqueó fácilmente a oponentes de EE. UU., Gran Bretaña, Puerto Rico, México y más. Pero en su partido número 28 se enfrentó a Roberto Durán y perdió por decisión después de 15 asaltos. Después de 5 meses llega el momento de la venganza. El combate fue anunciado como una "Súper Pelea". Y hay una razón. Pasa a la historia como uno de los más grandes.

El estadio está en Nueva Orleans y los espectadores son más de 25 mil. Los dos boxeadores se repartirán 15 millones de dólares. Muchos calificaron la derrota de Leonard en el partido anterior como controvertida e incluso inmerecida. Esto lo motiva aún más para una revancha.

Hasta el séptimo asalto, la pelea estuvo igualada. Al final, Sugar Ray da uno de los golpes más memorables de su carrera. Después del partido, dice: "¡Se le llenaron los ojos de lágrimas!". El poco tiempo que falta para finalizar la ronda ayuda al panameño y sobrevive. Hay una breve pausa, pero después nada cambia en Leonard. Sigue siendo hiperagresivo. Se mueve constantemente y asesta una serie de golpes. Durán le da la espalda, mira al árbitro y dice: "¡Ya basta!". 16 segundos antes del final del round, el árbitro concede un nocaut técnico. El retador vuelve a ser campeón. Las cartas de juez son definitivas. En las primeras 6 rondas, Durán tiene una ligera ventaja. Pero en el 7 y 8, Leonard mostró lo mejor de sí.

Tras el encuentro, Durán justificó su retirada con calambres estomacales. Pocos creen en semejante coartada. Incluso su manager Carlos Eleta afirmó: “No renunció por calambres estomacales. Simplemente estaba avergonzado. ¡Lo sé!". Posteriormente, los dos disputaron un tercer partido. Leonard lo ganó por decisión.

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