Los cinco grandes de Wladimir Klitschko: el camino de regreso a la cima vs. Samuel Peter

Los cinco grandes de Wladimir Klitschko: el camino de regreso a la cima vs. Samuel Peter

La difícil batalla con Samuel Peter, que abrió un nuevo camino hacia la cima para el ucraniano

Wladimir Klitschko es uno de los boxeadores más exitosos de este siglo. El ucraniano es un campeón de peso pesado desde hace mucho tiempo y nos brinda peleas realmente sorprendentes en el ring profesional que dejan sin aliento a los fanáticos imparciales. En una serie de artículos recordaremos los cinco mejores partidos de su carrera. Ya hemos hablado de su dominio frente al competidor búlgaro Kubrat Pulev en 2014. En este choque, el ucraniano realizó la decimoséptima defensa exitosa de su título.

En la segunda parte retrocederemos más detenidamente en el tiempo. O más concretamente, hasta septiembre de 2005, cuando Klitschko se enfrentó a uno de los boxeadores más poderosos del momento, conocido como la “Pesadilla Nigeriana” Samuel Peter. Una abrumadora cantidad de fanáticos y expertos descartaron a Wladimir antes de que comenzara la pelea. Esto se debe a que fue noqueado por Lemon Brewster en la pelea por el título mundial vacante un año antes. Las explicaciones después de su tercera derrota en el ring se relacionaban con que no podía recibir golpes en el mentón, no tenía resistencia y estaba mentalmente débil. Frente a una bestia como Peter, todas estas cualidades inclinan notablemente la balanza a favor del nigeriano, que además llega al partido invicto.

Sin embargo, la pelea cambió la opinión de la gente, así como la carrera de Klitschko. Esta reunión puede definirse fácilmente como el punto de inflexión a partir del cual la confianza, la fuerza y las capacidades de Ucrania adquirieron dimensiones inesperadas.

El partido se jugó el 24 de septiembre en Atlantic City, Nueva Jersey, frente a poco más de 10.000 personas en el Broadwalk Hall. Las suscripciones pagadas a HBO para ver este partido superan los 2 millones, y el rating nacional se estima en 7,0 sobre un máximo de 10,0. Todo apunta a que este será uno de los dos partidos más vistos del año. Y los espectadores no se sienten decepcionados, ya que tienen la oportunidad de presenciar 12 asaltos de boxeo de gran clase.

Durante toda la pelea, el nigeriano de 24 años persiguió por todo el ring a Klitschko, quien intentaba evitar los fuertes golpes en su cabeza. En las primeras cuatro rondas, el ucraniano pareció apegarse a su idea principal de desgastar a su oponente y vencerlo por puntos, demostrando a todos que tiene una tremenda resistencia. Lo que no puede demostrar es la posesión de un mentón sano. Precisamente por eso, en la quinta parte, Klitschko cayó al suelo, no una, sino dos veces. Después de las dos caídas, Peter toma una ligera ventaja en el partido.

Pero Wladimir se tensa y es en los momentos finales cuando parece más concentrado, da golpes más precisos, principalmente en la cabeza de su oponente. El ucraniano cometió sólo un error a partir del sexto asalto, pero eso también resultó en una caída que permitió a Samuel Peter recuperarse en el partido y hacer que los dos últimos partidos fueran extremadamente intrigantes. Sin embargo, ya demuestran la mejora física de Klitschko, que demuestra que está preparado para algo grande. Y en la parte final estuvo a punto de noquear a la "Pesadilla nigeriana".

La victoria del boxeador ucraniano se produjo tras una decisión unánime de los jueces, ya que en las tarjetas ganó con 114:111 sobre los tres jueces. Peter ha conseguido sólo 100 puntos en 440 intentos, o 23%, mientras que Klitschko es mucho más preciso con 204 en 523 intentos, o una impresionante precisión de 39%. Nada de que sus golpes sean más débiles. Terminan siendo más efectivos.

Después del final de la reunión, Vladimir dijo que dejó atrás las pérdidas y boxeó por diversión, porque eso es lo más importante para él. Afirma que ahora está dispuesto a luchar contra cualquiera.

La victoria sobre Samuel Peter coloca a Klitschko nuevamente entre los aspirantes al título mundial en su división. Y no sólo eso, es una muestra de confianza y de cualidades cada vez más serias que posee el campeón olímpico de 1996.