Magia naranja: ¿cuándo se inventó el baloncesto?
Durante décadas, los deportes más populares han luchado por el primer puesto en el corazón de los aficionados. Si bien el fútbol y el atletismo afirman ser el rey y la reina de los deportes, millones de personas te dirán que para ellos el baloncesto no tiene igual. En la versión moderna del juego, su logo es la pelota naranja que todos quieren meter en la canasta y celebrar frente a miles de espectadores como las estrellas de los Juegos Olímpicos, la Asociación Nacional de Baloncesto, la Euroliga y otras competiciones de primer nivel. .
Pero el baloncesto no siempre ha tenido el aspecto que conocemos. En 1891, el profesor universitario de educación física James Smith concibió en su cabeza la idea de este genial deporte, pero la pelota no era su primera prioridad. Sólo tenía que ser grande. Debido a sus limitadas opciones, James tuvo que aprovechar creaciones deportivas ya inventadas. Por esta razón dudó entre elegir un balón para las conocidas versiones europeas del rugby o el fútbol. Se puede suponer fácilmente que el de fútbol resulta ser el ganador, ya que el otro era imposible para el regate normal (b.a. – o en una forma más fácil de decir tapping).
De todos modos, al principio los jugadores de baloncesto no hacían tanto mates, sino que hacían rodar la pelota. Muchas veces los pases se producían sin mucho movimiento por parte de los jugadores, y otra restricción curiosa es la de tirar a canasta una vez por ataque.
Unos años después del inicio de este deporte, el balón de fútbol era la única opción. A finales del siglo XIX, una fábrica de bicicletas revolucionó este deporte y creó medios de juego más voluminosos pero también más ligeros. Sin embargo, al igual que los balones de fútbol, estos balones tenían ataduras, lo que dificultaba el regate y los trucos. Su color era marrón oscuro.
No fue hasta 1935 que el legendario fabricante de zapatillas Chuck Taylor cambió eso. Después de 11 años de carrera profesional en el baloncesto, revolucionó el juego y quitó las ataduras. Su obra consta de 8 piezas cosidas y durante 30 años esto se ha mantenido sin cambios. Además del color marrón oscuro, que molestaba visualmente a muchos de los jugadores.
A mediados de siglo, la televisión entró en serio en los deportes y marcó un cambio clave en la historia. Según ellos, la pelota de color marrón oscuro no fue bien vista por los espectadores ni en la televisión ni en la sala. Algunas de las ideas de cambio eran de color marrón claro o incluso amarillo. Pero el entrenador de baloncesto Tony Hinkle insiste en que el naranja es el color del baloncesto. En 1958, debutó como color en la final del campeonato universitario estadounidense.
Poco a poco, el color se va consolidando en todo el mundo. En distintas gamas, con distintos diseños y con algunas críticas. Pero la pelota naranja permanece en nuestra mente como símbolo del gran juego del baloncesto.