El día más feo en la historia moderna de la NBA

El día más feo en la historia moderna de la NBA

Hoy en día, a los jugadores de baloncesto de la NBA se les llama "hombres blandos" y "hombres falsos". Los fanáticos insisten en que los atletas de la "liga alienígena" son suaves, y la verdadera batalla ha dado paso a pura matemática, tiros de tres y un estilo de juego aburrido por parte de todos los equipos. Cada pequeña falta es exagerada y el juego físico está casi ausente. Sin embargo, hay una explicación muy seria para esto. Y se llama "Malicia en el Palacio” (nota. Ed. Meleto en Palata).

El 19 de noviembre de 2004, en un partido aparentemente muy tranquilo, y con un final previsto, tuvo lugar una de las escenas más feas, no sólo de la historia moderna del baloncesto, sino de la existencia de este deporte en general. Los personajes principales son los jugadores de baloncesto de los Indiana Pacers y los Detroit Pistons, e incluso los aficionados se involucran en el horror, más tarde conocido como "Melee at the Palace" o "Hate at the Palace".

Cuando quedan menos de 60 segundos de pelea, el ganador está claro y no hay indicios de que seamos testigos de un "espectáculo sangriento", un término más utilizado en el boxeo y las MMA, nunca en el baloncesto. Por desgracia, las feas escenas llegaron a uno de los deportes más caballerosos.

Por decisión del árbitro, algunos de los jugadores de baloncesto de los dos equipos se agarraron del cuello y comenzaron a golpearse fuertemente con los puños. El equipo arbitral pierde totalmente el control del encuentro y los jugadores de los Pacers son arrojados con diversos objetos y, sobre todo, bebidas. Esto lleva a uno de los jugadores de baloncesto de Indiana, Ron Artest (ahora conocido como Metta World Peace), a invadir a los fanáticos y comenzar a impartir justicia.

Unos segundos más tarde, varios jugadores de baloncesto ya están en las gradas y todos se pelean entre sí: jugadores de baloncesto con aficionados, aficionados con jugadores de baloncesto, aficionados con aficionados. Un absoluto loco. Al final, el escándalo termina en minutos, pero el mayor circo de la historia de la NBA no queda a la ligera para los implicados en las escaramuzas.

La dirección de la liga impuso castigos brutales, con un total de 9 jugadores de baloncesto cumpliendo 146 suspensiones de partidos. Ron Artest se perderá toda la próxima temporada y la multa para todos los involucrados es de unos monstruosos 11 millones de dólares. Cinco de los jugadores de baloncesto que lanzaron los puños también recibieron una sentencia: 1 año de prisión (suspendida) y cientos de horas de servicio comunitario. Los fanáticos involucrados en las peleas tienen prohibido asistir a los juegos de los Detroit Pistons de por vida.

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