EL FAMOSO IRLANDÉS: La primera pelea de Conor McGregor
¿Es la contradicción la clave del éxito del héroe moderno? Si juzgamos por el interés que uno de los luchadores más famosos de MMA logra generar por sí mismo dentro y fuera del octágono, entonces la respuesta es positiva.
Conor Anthony McGregor se encuentra entre los nombres que todo aficionado al deporte conoce bien. La razón: el temperamento feroz del irlandés y su notable experiencia como atleta. Hasta la fecha, McGregor es parte de la organización de MMA más selecta del mundo: UFC. Su nombre está asociado al éxito y promete espectáculo, pero ¿qué más quiere el público?
¿Pero cómo ocurre la magia? Incluso con sus primeros pasos en las peleas de MMA, McGregor hizo un pedido de que no sería un soñador más que viniera a probar suerte. Su primera pelea en artes marciales mixtas fue en 2008. Cuando firmó su contrato con UFC en 2013, McGregor había tenido 12 peleas, 10 de las cuales ganó en el segundo asalto. Sólo perdió ante Artemiy Sitenkov y Joseph Duffy. Su notable desempeño conduce a un desarrollo lógico: la oportunidad de luchar con los mejores. Se unió a UFC e hizo su debut casi de inmediato, en un combate contra Marcus Brimage. 67 segundos después del gong inicial, McGregor está haciendo una declaración al mundo de que será la fuerza a tener en cuenta en las artes marciales mixtas. Con un nocaut, el irlandés no sólo sometió al mucho más experimentado Brimage, sino también a toda la sala de Estocolmo. El resto es historia.
La lengua picante de Conor McGregor, con la que a menudo se le asocia, según muchos de sus fans, es simplemente una imagen mediática. Si bien sus críticos tienen sus razones para encontrar su comportamiento a menudo inapropiado, el luchador de 33 años es el epítome de un sueño hecho realidad. De plomero entrenando en cada segundo libre, viviendo al borde de la pobreza, McGregor se convirtió en uno de los luchadores mejor pagados. Más que eso, una inspiración para muchos.