Los cuatro "airballs" que convirtieron a Kobe Bryant en uno de los más grandes

Los cuatro "airballs" que convirtieron a Kobe Bryant en uno de los más grandes

Las omisiones que convirtieron al joven en una auténtica Mamba

La fecha es el 12 de mayo de 1997. Kobe Bryant es uno de los jugadores más talentosos de la Asociación Nacional de Baloncesto, y Los Angeles Lakers cuentan con el novato de la liga para triunfar en la serie de semifinales de la Conferencia Oeste contra los Utah Jazz. Un éxito que devolverá al equipo a la lucha por un puesto en la final, ya que los "Ezerniaks" van perdiendo por 1:3. Sin embargo, comete errores extremadamente flagrantes en la continuación del partido. Errores conocidos como los cuatro balones aéreos que dieron origen a la estrella de Kobe, que se convirtieron en el principal motivo de la llamada mentalidad Mamba.

Bryant, entonces de 18 años, disparó demasiado mal y en hasta cuatro situaciones en los últimos cinco minutos del quinto partido de la serie contra Utah. Sin embargo, en lugar de estrellarse y estancar su carrera, esa noche ordena sus pensamientos y toma los errores como lecciones. Una lección para ayudarle a desarrollar su juego.

Al final, Utah ganó el partido 98-83 (9-4 puntos en tiempo extra) en el Delta Center, la sala de los "jazzmen", donde los aficionados comenzaron a burlarse de los fallos del talentoso jugador de baloncesto. Su compañero de equipo más experimentado, Shaquille O'Neal, inmediatamente lo tranquiliza diciéndole: “Recuerda a estas personas que se están riendo de ti ahora mismo. Un día se lo devolveremos. No te preocupes. Un día todos cantarán tu nombre. Acepte lo que está sucediendo ahora y aprenda de ello”.

Eso es lo que sucede. En preparación para la próxima temporada, Kobe comenzó un entrenamiento especial para desarrollar su tiro. Resulta que los errores contra Utah, los tiros imprecisos, son producto de la falta de físico. Los balones medicinales acudieron en ayuda de Bryant, y el resto es historia: 5 anillos de campeonato, el premio MVP de la NBA de 2008 y dos premios MVP de las Finales.

El propio Kobe dice sobre lo sucedido: "Fue un punto de inflexión para mi carrera. Era hora de poner a prueba mis habilidades. Cuando pienso en estas situaciones, recuerdo que fue una desgracia enorme. Pero al final, me ayudó a convertirme en quien me convertiría en el futuro. Cuando eres joven, rara vez ves cómo tales imprecisiones darán sus frutos en el futuro. Si los utilizas como fuerza motriz, como motivación, entonces podrás levantarte y llegar a la cima".

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